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martes, 22 de noviembre de 2011

Las habichuelas mágicas del siglo XXI

El biólogo alicantino Ignacio Solano va camino de convertirse en uno de los "gurús" de la jardinería vertical, una actividad que se ha puesto de moda en media Europa y que desde hace unas semanas tiene patente alicantina.






Innovación paisajística. El biólogo alicantino Ignacio Solano va camino de convertirse en uno de los "gurús" de la jardinería vertical, una actividad que se ha puesto de moda en media Europa y que desde hace unas semanas tiene patente alicantina. Solano ha conseguido combinar una serie de bacterias obtenidas en Madagascar que garantizan la viabilidad de este tipo de plantaciones, tan singulares como complicadas de mantener.

F. J. B. Obsesionado por nuestro país desde un encuentro de niño con un soldado español, el célebre escritor danés Hans Christian Andersen visitó Alicante en 1863, ya consagrado y después de haber escrito su no menos célebre cuento "Las Habichuelas Mágicas". Si Andersen lo hubiera hecho hoy, casi 150 años después de publicar el cuento, seguro que se hubiera podido inspirar en los jardines verticales diseñados por el biólogo alicantino Ignacio Solano.
¿Y por qué se hubiera inspirado en Alicante para escribir la historia de Periquín? Porque hubiera podido toparse en su visita con alguno de los jardines diseñados por el biólogo alicantino Ignacio Solano, que acaba de patentar una fórmula vegetal obtenida en Madagascar, que garantiza al cien por cien el éxito de estos jardines que se van extendiendo por Alicante, Elche, la Comunidad Valenciana y el resto de España. Ignacio Solano ha logrado que un cóctel de bacterias aplicadas al jardín eviten que éste se seque, un problema con el que se han encontrado las plantaciones tradicionales.
Los técnicos de Paisajismo Urbano ultiman en esos momentos la construcción del que será su primer gran jardín vertical en la provincia. Estará en la sede de una empresa del parque industrial de Torrellano donde la instalación del jardín ya ha causado impacto entre los trabajadores.
En síntesis, se trata de tapizar muros y tejados con plantas (Ignacio Solano maneja más de cien variedades) que crecen sin necesidad de estar agarradas al suelo como los jardines convencionales. Siguen el patrón de los musgos, líquenes, orquídeas, helechos y bromelias, también llamadas plantas aéreas, cuya particularidad es que utilizan como soporte a otras especies en lugar de enraizar al suelo. Una de la novedades, según explica Paloma Solano, portavoz de la mercantil alicantina, es que "el jardín está controlado por ordenador las 24 horas del día y durante los 365 días del año, lo que nos permite atenderlo en tiempo real".
Los jardines verticales suponen, por otro lado, un excelente aislante natural al reducir hasta 5 grados la temperatura exterior durante el verano de forma natural y hasta 10 decibelios el nivel de contaminación acústica. Entre los beneficios también destaca su capacidad para generar oxígeno, pues un metro cuadrado de cobertura vegetal genera, por ejemplo, el oxígeno que requiere un persona en todo un año. Al margen de sus bondades ambientales, los creadores de este tipo de jardines aseguran que en el caso de las oficinas llegan a mejorar el rendimiento de los trabajadores.
Ignacio Solano sostiene que "un jardín vertical que se plantea desde el punto de vista de la jardinería está condenado al fracaso. Debe plantarse desde el punto de vista de la biología y tener muchos factores en cuenta como una combinación equilibrada entre hongos, bacterias y plantas. No sólo se trata de poner plantas y regarlas".

fuente: http://www.diarioinformacion.com/alicante/2011/05/29/habichuelas-magicas-siglo-xxi/1132484.html

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