Jardinería: actividad física, familiar y social

Abuelo y niño trabajando en su huerto

La jardinería es una actividad de múltiples beneficios:

Es una sana distracción de la rutina semanal, muy buena para aliviar el estrés.
Es una gran actividad para compartir en familia, un proyecto en el que pueden participar desde los niños hasta las personas de la tercera edad.
Puede brindarle excelentes alimentos a bajo costo.
Al ser una actividad física, usa las propias calorías como fuente de energía. Es una actividad aeróbica de intensidad moderada, especialmente beneficiosa para personas de la tercera edad.
Es una excelente manera de enseñarle a los niños sobre la ecología local y la conservación del agua, además de apreciar y entender mejor la naturaleza. Y les permite contribuir con su trabajo a la alimentación familiar.

Precauciones y consejos para prepararse para esta actividad

Vístase con pantalones largos, lentes para el sol y sombrero.
Aplíquese bloqueador solar en la piel expuesta, especialmente entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde; y repelente de insectos, si es necesario.
Proteja sus manos con guantes, y sus pies con medias y zapatos.
En temporadas de temperatura alta, trate de realizar esta actividad en las horas menos calientes de la mañana y de la tarde. Tome bastante líquido, evitando el alcohol y bebidas azucaradas. Tome descansos en áreas sombreadas. No es bueno que niños menores de 4 años, personas ancianas o quienes no gocen de buena salud soporten temperaturas altas por tiempo prolongado.
Mantenga herramientas peligrosas tales como tijeras fuera del alcance de los niños.

Los huertos urbanos comunitarios

Si usted quiere cultivar frutas y verduras pero no dispone de ningún espacio apropiado en casa, esta es una gran opción que se va haciendo cada vez más popular. El huerto urbano es un espacio local donde se cosecha alimentos frescos, se hace vida social y se realiza una actividad física, a la vez que se cuida el medio ambiente. En muchos casos, se ha aprovechado terrenos públicos en desuso en ciudades y pueblos, para convertirlos en bonitos huertos que proveen alimentos frescos a miembros de la comunidad y conservar las áreas verdes, a la vez que ayudan a reducir el calor que produce el asfalto de las calles. La vecindad en el trabajo de parcelas estimula el contacto con diferentes tipos de personas, da la oportunidad de hacer nuevas amistades y crea un sentido de comunidad entre sus miembros.